Nuestra rutina diaria cada vez es más ajetreada, por lo que, a menudo, necesitamos una pausa para recargar energías y cuidar de nuestra salud. Y, ¿qué mejor que hacerlo disfrutando de una deliciosa taza de té o infusión? El té es una bebida increíblemente versátil que, además, ofrece una amplia gama de beneficios para nuestra salud. En este post 7 motivos por los que incluir una taza de té en tu rutina diaria.
Desde tiempos milenarios, el té ha sido apreciado tanto por su sabor como por sus propiedades beneficiosas para nuestro organismo, convirtiéndose en una práctica ancestral en muchas culturas. Hoy en día, su popularidad continúa creciendo gracias al aumento de la conciencia sobre el bienestar y la necesidad de incorporar hábitos saludables en nuestras vidas.
No obstante, si aún no te has decidido a incorporar el té y las infusiones en tu día a día, nosotros te decimos las ventajas de hacerlo: desde sus propiedades antioxidantes y su capacidad para mejorar la digestión, hasta su efecto relajante o, incluso, estimulantes leves. ¡Allá vamos!
Es un gran antioxidante
El té está repleto de sustancias antioxidantes como los polifenoles, que ayudan a proteger el cuerpo contra el daño causado por los radicales libres.
Estos antioxidantes pueden ayudar a prevenir el envejecimiento prematuro y proteger a nuestras células, función que es especial interés ahora que se acerca el verano y, con él, el aumento de la exposición a la luz solar, algo que puede incrementar el estrés oxidativo.
Ayuda a nuestra función cerebral
El té, especialmente el té verde y el té negro, contiene compuestos bioactivos como cafeína, flavonoides y aminoácidos que pueden tener efectos positivos en nuestro cerebro.
La cafeína puede ayudar a mejorar la concentración y el estado de alerta al bloquear la adenosina, un neurotransmisor inhibidor. Al hacerlo, aumenta la actividad neuronal y puede mejorar la capacidad de atención. Asimismo, los flavonoides tienen propiedades neuroprotectoras y antioxidantes que pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo y la inflamación en el cerebro.
Promueve la salud cardiovascular
Como ya sabemos, el té está lleno de componentes antioxidantes, entre los que destacan los flavonoides y las catequinas. Estos compuestos pueden proteger las células contra el daño oxidativo, disminuir la inflamación en los vasos sanguíneos y, así, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Además, según algunos estudios científicos, el consumo regular de té se ha asociado con la reducción del colesterol LDL (el colesterol “malo”) y la mejora del perfil lipídico. Esto es debido a que los flavonoides presentes en el té pueden ayudar a disminuir los niveles de colesterol total y LDL, lo que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Mejora la función digestiva
Las infusiones y los tés, especialmente aquello que contienen plantas como el jengibre o la menta, son conocidos por su capacidad para aliviar los problemas digestivos, los gases y la indigestión.
Asimismo, aquellos que contienen cafeína pueden ayudar a estimular el movimiento intestinal y prevenir el estreñimiento.
Por lo tanto, una taza de té o infusión es el broche perfecto después de cualquier comida para asegurarnos una buena digestión.
Fortalece el sistema inmune
El té contiene polifenoles, unos compuestos con efectos antimicrobianos y antivirales, por lo que pueden ayudar a reforzar nuestras defensas frente al ataque de bacterias y virus.
También, algunos estudios sugieren que los compuestos presentes en el té, como las catequinas, pueden estimular ciertas células del sistema inmunológico, como los linfocitos T y las células asesinas naturales (NK). Estas células desempeñan un papel importante en la defensa del cuerpo contra infecciones.
Ayuda en la pérdida de peso
Algunos tipos de té, como el té verde, ayudan a acelerar el metabolismo y aumentar la oxidación de las grasas, lo que, combinado con una alimentación sana y un estilo de vida activo, puede ser de gran ayuda para aquellas personas que intentan perder peso.
Induce la relajación
Aunque algunos tés tienen propiedades estimulantes, también puede ser nuestro aliado cuando queremos calmarnos o relajarnos.
Algunas variedades del té contienen aminoácidos como la teanina, que se ha asociado con efectos relajantes, ya que puede aumentar la producción de ondas cerebrales alfa, que está relacionadas con la relajación y la atención alerta, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad y promover un estado de calma.
Además de los tés tradicionales, existen muchas infusiones que se utilizan específicamente por sus propiedades relajantes, como la manzanilla, la melisa o la valeriana.
Asimismo, preparar y disfrutar de una taza de té de forma diaria puede convertirse en un ritual tranquilo y meditativo. El simple acto de hacer una pausa para preparar el té, inhalar sus aromas y disfrutar lentamente de cada sorbo puede añadir un momento de paz a nuestro día a día.
Tampoco podemos olvidar que el té es una excelente forma de aumentar la hidratación y reducir el consumo de bebidas azucaradas o estimulantes.
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