¿Estás planeando unas vacaciones y no has decidido aún el destino? ¿Te gustaría hacer una ruta por Navarra pero no sabes por dónde empezar? ¡No te preocupes, nosotros te ayudamos! En este post podrás conocer qué destinos no te puedes perder a la hora de visitar esta Comunidad.
Foz de Lumbier
A unos 40 kilómetros de Pamplona, en los valles del este de Navarra, podemos visitar una verdadera maravilla de la naturaleza, Reserva Natural desde 1987: la Foz de Lumbier.
En su paisaje, esculpido por el río Irati, nos encontraremos con un terreno de paredones escarpados en los que habitan numerosas especies de animales, entre los que destacan los buitres. Aunque parezca un terreno abrupto, llegar hasta él es muy sencillo y apto para toda la familia, ya que incluso cuenta con un aparcamiento muy cercano al acceso de la Foz, un merendero, un punto de información y aseos públicos.
Para recorrer la Foz de Lumbier podemos tomar dos senderos: la Vía Verde del Irati y el Sendero Largo de la Foz de Lumbier.
El primero es un sendero llano que va por las antiguas vías del tren que unía Pamplona con Sangüesa. Tras caminar poco más de 6 kilómetros alrededor del cauce del río llegaremos al Puente del Diablo, un puente que debe su nombre a la leyenda que dice que fue construido con la ayuda del diablo. El segundo camino es una ruta circular de alrededor de 6 kilómetros y 175 metros de desnivel que rodea la Foz por las laderas circundantes.
No obstante, no importa si tomas la primera o la segunda ruta: con las dos disfrutarás del maravilloso paisaje y el sonido del río que ofrece la Foz de Lumbier.
Arcos de Lumbier
En los acantilados de la Piedra y San Adrián, al sureste de la sierra de Leyre, podemos hacer un ruta de senderismo en la que nos encontraremos varios arcos de piedra formidables: los Arcos de Lumbier.
Además, podremos disfrutar de una Reserva Natural cuyo objetivo es el mantenimiento del paisaje y las especies de la zona, entre las que destaca una importante colonia de buitres. Asimismo, podremos visitar la ermita de San Adrián y la ermita de la Trinidad.
Castillo de Javier
Situado en la localidad de Javier, a 52km al este de Pamplona y 6km al este de Sangüesa, encontramos el castillo de Javier, donde nació y vivió San Francisco de Javier, patrón de Navarra, y que fue nombrado Bien de Interés Cultural desde el año 1994.
Este castillo se construyó entre los siglos X y XI como torre de vigilancia entre los reinos de Navarra y Aragón a la que, después, se le fueron añadiendo otras estancias y ampliándola con diversos recintos y murallas. Más tarde se acabaron demoliendo las zonas defensivas como las torres y los matacanes, haciendo que el conjunto se habilitara como refugio de las mujeres y los hombres que trabajaban en él.
Hoy en día es un museo en el podemos visitar la estructura del castillo, sus salas y estancias, los dioramas construidos por José Luis López Furió en 1967 y la capilla del Cristo, entre otros.
En definitiva, un lugar ideal en la que conocer la historia de Navarra y su patrón.
Monasterio de Leyre
Al pie de la sierra de Leyre, a 5km del embalse de Yesa, se alza uno de los conjuntos monásticos más importantes de España: el monasterio de San Salvador de Leyre.
Ligado estrechamente a la historia del reino de Navarra, este monasterio fue mencionado por primera vez en documentos datados del año 848. Del siglo IX al X fue refugio de los reyes y obispos de Pamplona, alcanzando su máximo esplendor en tiempos de Sancho García el Mayor, quien lo hizo reconstruir en el año 1022. Este monasterio estuvo deshabitado entre 1836 y 1954, año en el que se establecieron los monjes benedictinos de Santo Domingo de Silos.
En nuestra visita al monasterio de Leyre podemos disfrutar de los magníficos ábsides exteriores de la Iglesia y la torre datados del siglo IX; de su fantástica cripta, consagrada en 1057; del túnel de San Virila, datado de la misma época que la cripta y que conducía al exterior del monasterio antiguo; la iglesia, que ofrece un conjunto maravilloso de espectacular contraste y una escenografía única; la Porta Speciosa, un hermoso pórtico del siglo XII situado en la plazoleta de la fachada principal de la iglesia; el patio de la Hospedería, situado entre el hotel actual y el muro norte de la Iglesia y el monasterio antiguo.
Además, si al terminar la visita de este magnífico monumento queréis recuperar fuerzas, podréis disfrutar de una de nuestras deliciosas infusiones en el restaurante situado en el monasterio.
El Palacio Real de Olite
En el pueblo de Olite está situado uno de los castillos más majestuosos del país: el Palacio Real de Olite, Monumento Nacional desde 1925.
En este castillo se estableció la antigua corte de los Reyes navarros, que lo convirtieron en uno de los castillos medievales más lujosos de Europa. En el siglo XV, el rey Carlos III hizo que los maestros artesanos encargados de la obra se inspirasen en los castillos de Francia y Castilla. Esto, sumado a la abundancia económica de la época, dio como resultado un castillo de estilo gótico construido con los materiales más nobles a base de torres, estancias, galerías, jardines y patios.
En nuestra visita al castillo de Olite encontraremos dos partes diferenciadas: el Palacio Viejo, que alberga un Parador Nacional, y el Palacio Nuevo, restaurado en 1937 tras un incendio provocado en la Guerra de la Independencia.
Algunos de los puntos claves que no debemos dejar de visitar son las cámaras reales; la torre del Homenaje, la torre de las Tres Coronas y la torre de los Cuatro Vientos; el pozo de hielo, lugar donde se conservaban los alimentos antiguamente y los jardines, tanto el principal como el jardín de la Pajarera y el de la Morera.
Además de visitar el Palacio Real, no desaproveches la ocasión y acércate a Olite, el precioso pueblo medieval que lo acoge. Este pequeño pueblo, de apenas 3.000 habitantes, tiene un maravilloso casco histórico lleno de murallas romanas, arcadas góticas, blasones en las fachadas e iglesias.
Pamplona
¡En tu ruta por Navarra no te puedes olvidar de la capital del Reyno!
Además de unas fiestas patronales conocidas en todo el mundo, Pamplona tiene un maravilloso casco histórico; un conjunto amurallado con una ciudadela renacentista; muchas zonas verdes y jardines; bares de pinchos en los que podrás disfrutar de la gastronomía navarra y una vida cultural que hará de tu estancia una verdadera delicia.
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